Se inició en el mundo del arte de forma autodidacta, ya que abandonó pronto sus estudios de Bellas Artes y Arquitectura. Ciertos apuntes técnicos los hereda de su tío, el también pintor Antonio Corredoira. Su primera vocación fue la literaria, pero en 1975 decidió decantarse por la pintura, y ese mismo año es becado por el Centro de estudios cerámicos Sargadelos, donde comenzó a trabajar con materiales refractarios.
Participó en los grupos A Carón y La Galga, dos movimientos de vanguardia gallega que precedieron a Atlántica, gracias a los que se da a conocer en el panorama nacional. En esta época se decanta por la pintura espacialista, influido por el expresionismo abstracto americano.
En 1979 viajó a México y quedó impresionado por su mitología y los ritos de las culturas precolombinas. El sacrificio fue una de sus fuentes temáticas durante este periodo, conjugado en una estética claramente expresionista donde presta especial atención a las texturas, pero sin abandonar las preocupaciones compositivas del periodo anterior. Misterio, exaltación y angustia son las claves de su pintura en la que, a partir del primitivismo, recrea una imagen mítica de la mujer, y donde la dinámica del subconsciente y el azar juegan un papel fundamental. En este sentido es importante el empleo de materiales encontrados como soporte.
Entre 1980 y 1983 expuso junto con los integrantes del colectivo Atlántica. Durante este periodo, su pintura evolucionó hacia formas más simples, combinando lo natural y lo étnico mediante tonalidades terrosas. Hacia el final de la década experimentó con la serigrafía, litografía y acuarela, y revivió su interés por la literatura, al plantearse la relación entre esta y el arte.
Entre los años 1984-1986 creó, junto con Pedro Muiño y Pepe Galán, GrupOrzán, como una alternativa al mercado de difusión institucional y concebido como modelo de autogestión, donde él fue el marchante de los artistas asociados al mismo.
Su escultura, disciplina en la que se introduce paulatinamente, la sitúa preferentemente en espacios urbanos, como el entorno de la Torre de Hércules y los paseos marítimos de A Coruña y alrededores.